

El Centre Nautique de Cancale está escondido a la derecha de la playa, lo más cerca posible del acantilado. Allí nos recibe un instructor que nos informa antes de equiparnos: llevar puesto el chaleco salvavidas, no sobrepasar la línea de fondeo (¡cuidado con el canal de la Vieille Rivière y sus corrientes!), manejar el remo, ¡y eso es todo!
Por mi parte, aunque estoy acostumbrado a navegar en kayak, es sólo la segunda vez que me subo a un remo en mi vida.
Aquí todo es cuestión de equilibrio, y de enfundarse: una inteligente mezcla de rodillas flexionadas, abdominales contraídos -pero no demasiado- y un poco de fuerza en los brazos. Si los primeros golpes de remo son tímidos y no demasiado tranquilizadores, el cuerpo se orienta rápidamente y se puede disfrutar del paisaje.
Bonita arena rubia,un mar tranquilo y transparente, familias jugando en la playa, amigos disfrutando de las terrazas, barcas flotando al ritmo del oleaje, Port Mer juega con sus encantos, nos conquista.
En el agua disfrutamos del momento, nos dirigimos al extremo izquierdo de la cala donde la transparencia del agua nos permite discernir unos cuantos peces jugando al escondite entre las algas antes de redirigirnos al final de nuestra hora de alquiler al centro náutico. Antes de desembarcar para comprobar la flotabilidad de nuestros chalecos salvavidas, nos enzarzamos en una pequeña batalla naval en la que todos los golpes están permitidos
El resultado, unas buenas risas y dos personas en el agua. Esta vez no hubo ganadores, pero sí una gran tarde en el agua.
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