
Blandine, Cécile Rozenn y yo quedamos en Saint-Méloir des Ondes, detrás de la iglesia, en un taller muy especial.
Abrimos la puerta de un empujón y entramos en la zona de la tienda, donde una variedad de formas y colores sorprendentes llaman la atención… ¡No sabemos por dónde tirar!»
Bolas, copas, jarrones, vasos, jarras… azules, rojos, amarillos, verdes, bicolores, tricolores… ¡es otro mundo!
Una estantería táctil es accesible a los niños y les permite tocar, manipular y jugar con el vidrio, es perfecta para las manos pequeñas.
Martine, la sopladora de vidrio jefe, nos presenta la tienda y sus productos especiales, hechos de arena, inspirados en Malouine o y la zona del taller, ¡donde todo se juega!»
Intentaremos entrar en contacto con el material fundido. Un vidriero experimentado abre las puertas del horno donde se recoge el vidrio fundido con una mailloche, una especie de cuchara de madera. Mientras coge el vidrio, nos explica que este material fluido y transparente llegó, unas 12 horas y 1350° antes, en forma de harina arrojada al horno.
La bola se sopla poco a poco, entre 1100° y 500°, para darle la forma adecuada. Después se añade el color o la decoración. Determinado de antemano, a veces las sorpresas están servidas.
Y aquí es donde se junta todo: hay que trabajar el vidrio, soplarlo o estirarlo y darle la forma adecuada. De vez en cuando, hay que recalentarlo, porque el vidrio se enfría rápidamente y resulta imposible trabajarlo.
Trabajar el vidrio.
El experimento de soplado resulta ser más complicado de lo que pensábamos. En efecto, tenemos que soplar en el tallo y girar al mismo tiempo para que la burbuja no se convierta en gota y se caiga. Nuestra burbuja es efímera y soplamos hasta conseguir una burbuja tan frágil que con sólo tocarla se rompe!
Nuestra segunda creación es totalmente diferente, pero igual de delicada. Una vez más, sacamos una bola de vidrio fundido del horno y nos sentamos en un banco equipado con una repisa que nos permite girar la varilla para evitar que el vidrio gotee. Armados con un gran par de pinzas para patrones, creamos una lámina. Estiramos este material para darle la forma deseada, una auténtica hoja, como la de los árboles.
Martine interviene a continuación para la delicada operación de añadir el gancho de vidrio que decorará nuestros árboles de Navidad!
Delicada.
