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©View_drone_-_Fenetre_Channel_-_Port_of_the_Swell_-_Cancel-Alexandre_Lamoureux-4944|Alexandre Lamoureux

Tesoro n°2 Las pepitas de Cancale y La Houle

Le Port de la Houle en Cancale: entre tradición marítima y sabores locales

Le Port de la Houle es el animado corazón de Cancale, famoso por su mercado de ostras a orillas del mar y su ambiente auténtico. Este pintoresco puerto, situado frente a la bahía del Mont-Saint-Michel, es el punto de partida ideal para descubrir la ostricultura local, pasear por los muelles o degustar marisco fresco directamente de los productores. Con sus gradas históricas, su faro y la bisquina «La Cancalaise», el puerto encarna la historia marítima de Bretaña. Visita obligada de Cancale, combina patrimonio, gastronomía y paisajes marinos espectaculares.


1.

La bahía de Cancale y el bisquine

Barco tradicional de pesca de bajura, el bisquine es un velero emblemático de Cancale: ya en el siglo XIX, más de 200 bisquines fondeaban en el puerto de la Houle. Hoy en día, «La Cancalaise«, réplica del bisquine «La Perle» de Cancale de 1905, ofrece una amplia gama de excursiones a vela.

2.

Ostras

Los criaderos de ostras forman una cuadrícula que sigue la costa desde el Rocher de Cancale, al norte, hasta frente a Saint-Benoît des Ondes, al sur. La ostricultura forma parte del patrimonio inmaterial de Francia.

El mercado de ostras es toda una institución en Cancale. Durante todo el año, los amantes de las ostras pueden degustar aquí las «preciosas» mientras observan el trabajo de los horticultores marinos cuando la marea lo permite.

El mercado de las ostras es una auténtica institución en Cancale.

3.

La pointe des Crolles

La Pointe des Crolles es el punto de partida del Sentier des Douaniers: una placa conmemorativa marca el «Kilómetro 0» del famoso sendero costero del GR34. Desde aquí, son 7 km de marcha hasta la Pointe du Grouin.

Punto de partida del Sentier des Douaniers.

4.

Cale de la Fenêtre y cale de l’épi

Así llamado, el embarcadero está situado entre los criaderos de ostras y la entrada oriental del Puerto de la Houle. Construido en la roca de la Fenêtre en 1871, la grada fue sustituida por un espigón en 1897 y ampliada un centenar de metros entre 1932 y 1936. Las primeras obras de diques en La Houle se realizaron en 1769. Sin embargo, no fue hasta 1838 cuando se construyó la primera grada: l’Épi y su arquitectura constituyen un ejemplo único y excepcional del patrimonio marítimo bretón. Está declarado Monumento Histórico desde 1995.

5.

Les petites rues derrières

Este antiguo barrio de pescadores de los siglos XVIII y XIX está relativamente bien conservado, sobre todo las llamadas «callejuelas traseras». La mayoría de las viviendas son modestas y están habitadas por familias de pescadores.

Un paseo para usted!

Un paseo para usted!

6.

La fontaine des laveuses d’huîtres

Obra en bronce del escultor Jean Fréour inaugurada en 2000, la estatua rinde homenaje al trabajo de las Cancalaises, empleadas para clasificar y lavar las ostras antes de la mecanización. Con fama de valerosas trabajadoras, sus maridos partían durante largos meses para pescar en Terranova, dejándolas a ellas la gestión de la venta de sus capturas. Cabe señalar que no es habitual encontrar una escultura que represente a una mujer trabajando.

5.

La punta del Hock

La punta del Hock es un auténtico balcón sobre la bahía del Mont-Saint-Michel; el sendero aduanero GR34 pasa por aquí y conduce hacia el norte, hacia la punta del Grouin, o hacia el sur, hacia el pintoresco barrio de La Houle. La vegetación crece hasta el pie del acantilado, al abrigo de los vientos dominantes.

Paraíso de la naturaleza.