¡Las ostras de Cancale contadas por un profesional! conozca a un ostricultor

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En el corazón de la ostrería de Cancale, Patrimonio Cultural Inmaterial de Francia.

Lisa

Me apasiona la naturaleza, las actividades al aire libre y la vida salvaje.

Una reunión, un trabajo

¡Las ostras de Cancale contadas por un profesional!

Olivier Bernier nos abrió las puertas de su granja de ostras, situada en Les Nielles, en la comuna de Saint-Méloir-des-Ondes.

A través de un encuentro inmersivo, compartió con nosotros su pasión por este marisco tan especial. O mejor dicho, por ESOS mariscos tan especiales. Porque no se trata de una ostra, sino de dos: la plana y la hueca.

En la época de los reyes: Cancale cuenta con un yacimiento natural de ostras planas, tan sabrosas que se comían en la mesa de Francisco I, privilegio que le valió a Cancale el título de ciudad ya en 1545.

Luego se les unieron las creuses, originarias de Portugal, sustituidas después por las ostras japonesas, más resistentes.

2 tipos de ostras, y 2 métodos de cultivo diferentes: una ocupa el lecho de la Bahía, mientras que la otra, la creuse, crece en las famosas bolsas extendidas sobre las mesas de los ostreros.

Aunque cada uno tiene su propio sabor, ambos se benefician de un entorno único, agitado por las mareas más altas de Europa, vigilado por la benévola silueta del Mont, a lo lejos.

De vuelta a la granja

Aquí, las ostras se traen una vez que han salido del mar, antes de ser clasificadas y enseñadas a cerrarse correctamente fuera del agua, ¡una especie de aprendizaje de la apnea inversa!

Criar una ostra requiere un saber hacer y un tiempo únicos… ¡Se necesitan unos 3 años para que una ostra esté perfecta para su degustación!

El oficio de ostricultor es una pasión, ¡una pasión por estas pequeñas ostras que tantas alegrías nos dan en el paladar! Y una cosa es segura, es que Olivier comparte la pasión de su profesión como nadie.

Una profesión con una oficina diáfana, con horarios que dependen de la temporada y de las mareas. Ropa adecuada, porque en los criaderos de ostras se necesitan vadeadores y botas que lleguen hasta la cintura. Es un trabajo en el que no sólo hay que meterse las manos en los bolsillos, sino que hay que colocar las bolsas, moverlas, darles la vuelta y sacarlas del agua.
El trabajo de ostricultor también implica asegurarse de que las ostras no se aglutinen, removiendo las bolsas con regularidad.

¡Y todo por nuestro gran placer!

Para nuestro gran placer!

Para nuestro gran placer!

Para nuestro gran placer!

Para nuestro gran placer!

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